miércoles, 9 de mayo de 2012

Ensayo libro "Ética Para Amador" (Melany Márquez)



INTRODUCCIÓN


“Ética para Amador” es un libro escrito por el filósofo Fernando Savater, que intenta educar a su hijo Amador en el arte de vivir bien la vida; sobre la ética, como bien lo dice su título. Pero éste libro tiene como objetivo también, invitar a todos los lectores, principalmente adolescentes, a reflexionar sobre los valores la vida misma.
El libro en sí, es una especie de carta larguísima sobre lo que un padre quiere expresarle a su hijo. Quizá con esta acción pueda, aunque sea pequeña, alimentar en cuanto a sus perspectivas la forma de ver la ética. Hace hincapié en lo que nos diferencia de los animales, que es la capacidad de razonar frente a nuestras propias acciones. Y es precisamente por esto, que no tan sólo el autor lo menciona en su libro, sino que siempre nos encontramos con la frase de que “somos únicos”, a lo que el autor llama a “humanizarnos”.
Savater en su libro, trata de incentivar a que los jóvenes vean y vivan la ética como lo más normal, y no como muchos piensa, en una lista de reglas a seguir. Él nos explica que nadie nace sabiendo la ética, que es algo que se aprende a través de los años, con la experiencia y la madures de la persona, y a través de su obra intenta ayudarnos a entenderlo. El libro abarca temas que son necesarios para poder entender que es ética; como la moral, los caprichos, las ordenes, la costumbre   y las diferencias entre estas. Y por sobre todo, pone énfasis en la libertad que tiene cada uno de decidir lo que quiere.
 


RESUMEN

Capítulo I: De qué va la ética
Los animales no tienen la capacidad de elegir sobre sus actos, ya que están programados para realizar ciertas acciones  u otras veces actúan por instinto; a raíz de esto se puede inferir que los animales siempre tienen un tipo de conducta;  no así mismo los hombres… de nosotros podemos esperar cualquier cosa, nunca se sabe cuál será nuestra última decisión, ya que al tener la libertad de elegir, las opciones barajadas con muchas.
El ser humano posee la capacidad de obrar según su propia voluntad a lo largo de su vida;  podemos decidir sobre nuestras conductas, que  es bueno o malo, que es lo que queremos y no queremos hacer; por lo cual somos responsables de nuestros actos. Tener dicha libertad de acción no quiere decir que somos dueños de decidir lo que nos pasa, (ya que no somos omnipotentes) para lograr ciertos objetivos debemos desarrollar las competencias necesarias para conseguirlo y lograrlo a cabalidad


Capítulo II: Ordenes, costumbres y caprichos
El hombre al no ser un ente omnipotente no puede  elegir lo que le pasa, pero si puede elegir que hacer frente a los acontecimientos.  Al no elegir lo que nos sucede a veces las circunstancias nos imponen elegir sobre dos opciones que no hemos elegido; cuando estamos ante situaciones complejas entra en juego nuestra capacidad de “razonar “para  así tomar la decisión más adecuada, pertinente o conveniente. Contrapuestamente la mayoría de nuestros actos en la vida cotidiana los hacemos  automáticamente, sin darle muchas vueltas al asunto, actuando de manera casi instintiva sin plantearse muchos problemas,  pero ¿Por qué tenemos estas conductas? Aquí entra el cuestionamiento ¿cuáles son los reales motivos para hacerlo?  Hay tres tipos de motivos: ordenes, caprichos y costumbres.
La primera de ellas se basa en aceptar voluntariamente una norma o autoridad; las costumbres son cosas que hacemos habitualmente, cosas diarias en las que estamos inmersos, los caprichos son las cosas hacemos simplemente porque nos dieron ganas  (porque si). Ordenes y costumbres vienen de afuera, se te imponen sin pedirte permiso, en cambio los caprichos te salen de adentro



Capítulo III: Haz lo que quieras
Libertad es poder decir: aquello que me conviene lo quiero, aquello no me conviene por ende no lo quiero; libertad es poder decir “si o no”;   sin importar lo que opinen los demás.
Al tener la libertad de decidir también hay tomar conciencia sobre que se está resolviendo, puede ser una buena o mala decisión. Cuando nos ocurren sucesos importantes es cuando entramos a razonar sobre el hecho, la mayoría de las veces nuestras acciones se deben a unos de los 3 motivos antes mencionados (orden, costumbre, capricho), pero cuando estamos frente al algo que es de suma importancia nos asalta la duda: ¿debo seguir la orden solo porque alguien cree que es lo mejor? ¿Debo hacer lo acostumbrado porque todos los hacen?. Frente a esta disyuntiva es preciso decir que no se  puede decidir sobre otro, nadie puede decir que esto o aquello es bueno o malo para alguien, ya que para esto la misma persona debe razonar al respecto, meditar sobre lo que le es conveniente y lo que no.
En el fondo cada uno debe hacer lo que le parezca, por esto el nombre del capítulo (haz lo que quieras).



Capítulo IV: Date la buena vida
Hacer lo que quieres, significa plantearte todo desde ti mismo, que nazca de tu voluntad; preguntártelo a ti mismo. Significa interrogarse uno mismo sobre el uso de su libertad.
Estamos condenados a ser libres, y a elegir. Ya sea elegir que es lo que uno quiere, o como quiere o cuando lo quiere, uno siempre esta eligiendo. Es entonces cuando aparece una responsabilidad creadora de elegir nuestro camino, y queramos o no, tenemos que hacerlo.
A veces los hombres queremos cosas contradictorias que entran en conflicto unas con otras. Es importante ser capaz de establecer prioridades y de imponer una cierta jerarquía ante lo que de pronto queremos y lo que realmente, en el fondo y a la larga queremos.
Debemos a atrevernos a “darnos la buena vida”. La ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor. Cuando hablamos de darnos la buena vida hablamos de la buena vida humana; porque ser humano consiste en tener relaciones con otros seres humanos. La humanización es un proceso reciproco, entonces darse la buena vida es también dar la buena vida.


Capítulo V: ¡Despierta baby!

Vivir humanamente es comprender el por qué, cómo va la vida que llevamos, y que es lo que nos puede ayudar a hacerla buena. El trato es importante porque los humanos nos humanizamos unos a otros. Al tratar a las personas como a personas y no como a cosas estoy haciendo posible que me devuelvan lo que solo una persona puede darle a otra.
La libertad tiene efectos indudables, cada acto libre que hago limita mis posibilidades al elegir y realizar una de ellas. Entonces lo que llamamos remordimiento no es más que el descontento que sentimos con nosotros mismos cuando hemos empleado mal la libertad, es decir, cuando la hemos usado en contradicción con lo que de veras queremos como seres humanos.
La moral nos enseña a comprender porque ciertos comportamientos nos convienen y otros no, comprender de que va la ética y que es lo que puede hacerla "buena". Responsabilidad es saber que cada uno de mis actos me va construyendo, me va definiendo, me va inventando.



Capítulo VI: Aparece pepito grillo
La palabra imbécil no solo tiene el significado que todos conocemos (tonto, bobo), también se le llama imbécil a la persona que necesita bastón, es decir, necesita apoyarse en cosas de afuera, ajenas que no tienen nada que ver con la libertad y reflexión  propia. Los imbéciles terminan fastidiándose y nunca puede vivir la buena vida, el vivir en plenitud que a tantos nos apetece.
Los humanos necesitamos para vivir bien algo que solo otros humanos pueden darnos si nos lo ganamos (confianza, respeto, amor, etc.)  porque es imposible robar estos por la fuerza o los engaños. Cuando se roba ese algo a la larga se convierte en veneno; ni las cosas materiales ni el poder pueden generar respeto, amistad, etc. Si nos amamos así mismo es más fácil conseguir este afecto, si nos amamos podemos exteriorizar por medio de nuestras conductas este interior limpio
El remordimiento viene de la libertad, ya que al tener la libertad de elegir nuestros actos a veces actuamos mal y al percatarnos de esto nos estamos dando  cuenta de que estamos siendo castigados hemos contradicho lo que realmente queremos ser como ser humano.
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Capítulo VII : Ponte en su lugar
Lo que hace humana la vida  es transcurrir en compañía de humanos interactuar y compartir con ellos, lo que busca la ética es como vivir bien la vida humana, la vida que transcurre entre humanos
Al comportarme ante mis semejantes como enemigo aumento sin duda la posibilidad de que ellos se conviertan en mis enemigos también, y además pierdo la posibilidad de que ellos me den su amistad. Es más lógico sembrar lo que quieres cosechar, si quieres que sean amables contigo tienes que serlo tú también
La mayor ventaja que podemos obtener de nuestros semejantes es la complicidad y afecto de más seres libres, es decir la ampliación y refuerzo de mi humanidad. Nuestros intereses nos ponen en contacto con otras realidades, por esto es importante tratar a las personas humanamente, esto consiste en ponerse en su lugar, reconocer a alguien como semejante implica comprenderle desde adentro, adoptar por un momento su punto de vista , tomar en cuenta sus derechos, entender lo que nuestros semejantes pueden esperar de nosotros, etc. Esto es un esfuerzo que debemos hacer cada uno si lo que pretendemos es vivir bien.



Capítulo VIII: Tanto gusto
El sexo no se puede tomar a la ligera porque la procreación tiene que ver mucho con la responsabilidad y la libertad. Hay quienes dicen que dedicarse con demasiado entusiasmo al sexo animaliza al hombre. Pero la verdad es que son precisamente animales quienes sólo emplean el sexo para procrear, lo mismo que sólo utilizan la comida para alimentarse o el ejercicio físico para conservar la salud; los humanos, en cambio, hemos inventado el erotismo, la gastronomía y el atletismo. Los humanos no sólo usamos el sexo para procrear, sino que existen una serie de lazos afectivos. Cuanto más se separa el sexo de la simple procreación, menos animal y más humano resulta.
El placer es bueno cuando nos proporciona alegría. A la virtud de poner el placer al servicio de la alegría; es decir, a la virtud que sabe no ir a caer del gusto en el disgusto, la llamamos templanza. Pero en ocasiones este término se lleva a los extremos, lo cual no resulta adecuado: la abstinencia y la prohibición.


Capitulo IX: Elecciones generales
Muchas personas dicen que los políticos son unos inmorales y no tienen ética, pero la ética no sirve para criticar a la gente, sino para mejorarse a uno mismo. Ahora bien: ¿por qué tienen tan mala fama los políticos? Pues porque sus defectos son más notorios al ocupar puestos especialmente visibles, porque pueden abusar de ciertos poderes, porque a veces se les tiene envidia, y porque tienden a hacer más promesas de las que pueden cumplir.
La política y la ética tienen en común que ambas buscan la mejor manera de vivir bien. Sin embargo, también hay diferencias: la ética se basa en la libertad individual, mientras que la política intenta coordinar de la manera más provechosa para el conjunto lo que muchos hacen con sus libertades.
El autor comenta que los problemas de los seres humanos no pueden ser resueltos más que de forma global para todo el mundo; la actual fragmentación política no hace más que perpetuar estas lacras y entorpecer las soluciones que se proponen. Aquello que favorece la organización de los hombres de acuerdo con su pertenencia a la humanidad y no por su pertenencia a tribus, es algo políticamente interesante.




ANÁLISIS

Capítulo I
Siempre las personas hemos hecho la diferencia entre lo bueno y lo malo. ¿Pero, sabemos realmente distinguir entre lo uno y lo otro? Según el texto, lo bueno vendría siendo lo conveniente para nosotros, y lo malo lo inconveniente. Bajo ésta lógica,  lo bueno y lo malo, ya pasaría a ser algo mucho más subjetivo de lo que realmente creíamos. Porque, algo que quizá para mí sea conveniente (bueno), quizá para otra persona sea inconveniente (malo). Entonces, la clave está en saber lo que me conviene, así puedo distinguir entre lo bueno y lo malo.
Y es aquí precisamente, donde aparece la palabra libertad. Libertad para poder elegir, entre qué conducta quiero seguir y cuál no. Pero debemos hacer varias aclaraciones cuando hablamos de libertad. Primero; como el mismo texto lo plantea, no somos libres de elegir lo que nos pasa, (nacer tal día, elegir nuestro apellido, determinar si tener o no una enfermedad, etc.) Pero si soy libre para responder del modo que yo quiera, frente a lo que me suceda. Segundo: Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. Esto es, saber diferenciar bien, entre la libertad y la omnipotencia. Vale decir, hay cosas que dependen meramente de mi voluntad, y eso es ser libre, pero también hay cosas que no dependen de mi voluntad, y si así lo fuese, sería omnipotente. Y esto es muy conveniente para nosotros, ya que como no todo depende de mí y de mi voluntad, no me siento culpable de las cosas que me ocurran.

Capítulo II
Siguiendo la base anteriormente planteada, podemos sostener que hay cosas que nos convienen para vivir y otras no, pero no siempre sé exactamente cuáles son estas cosas. Y el hacerlas o no, pasa netamente por mi elección, porque yo prefiero hacer esto, en vez de aquello. Sin embrago, hay muchos actos que los hacemos sin siquiera darnos cuenta de ello, debemos reconocer que muchos cosas las hacemos sin darle mucha vuelta al asunto, los hacemos casi automáticamente. Así también, hay cosas que las hacemos dependiendo del motivo de éstas, vale decir, la razón que tengo, o creo tener para hacer algo, esta es la explicación más aceptable de mi conducta.
En el texto, se plantean tres tipos de motivos, el primero de ellos es las órdenes; básicamente, es cuando realizamos ciertas cosas que nos han sido delegadas, mandadas. Y este tipo de motivo va muy ligado a, que si cumplo las órdenes dadas o no, puedo tener tanto, recompensas, como represalias, respectivamente. El segundo motivo son las costumbres; esto es lo corriente, la rutina de cada día viene de la comodidad de seguir la rutina e interés, de no contrariar a los otros, es decir la presión de los demás. Y por último el tercer motivo son los caprichos; como bien lo explica el texto, el motivo parece ser la falta de motivo. Actuamos como se nos dé la gana, salen de adentro, son espontáneos y uno se siente más libre.

Capítulo III
La mayoría de las cosas, las hacemos porque nos las mandan, pero está en mí la libertad de decir sí o no, lo hago o no hago, digan lo que digan los demás, me conviene y lo quiero, o al revés, no me conviene, por lo tanto no lo quiero. Ahora bien, la libertad va ligada a decidir, pero también a darse cuenta de qué es lo que se está decidiendo. Un ejemplo para entender mejor esto: mi jefe me podría dar una orden, y yo siendo responsable a mi trabajo, no dudaría en cumplir dicha orden. Pero yo, debo saber discriminar y darme cuenta si, la orden dada es algo bueno, o no, o sea inmoral.
Entonces debemos comprender que, nunca una acción es buena, por el sólo hecho de ser una orden, un costumbre o un capricho. Vale mencionar también que “moral” es el conjunto de comportamientos que tenemos las personas y solemos aceptarlos como válidos; y “ética” es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos.

Capítulo IV
Cuando estamos frente a tomar una decisión, debemos aprovecharnos de esa libertad que se nos ha dado, para preguntarnos a nosotros mismos, y a nadie más, qué es lo que debo hacer, por eso mismo, el autor nos da una frase “haz lo que quieras”. ¿Pero qué realmente debemos hacer? Es en este caso donde debemos hacer buen uso de nuestra libertad y no dejarnos guiar por nuestros caprichos, y es aquí precisamente, donde debemos establecer prioridades, para esclarecer lo que realmente uno quiere. Y para estos momentos, el autor del libro, nos da otra frase; “date la buena vida”. Si yo leo una frase así, puedo interpretar cualquier  cosa, o siguiendo con la línea que hemos planteado, puedo interpretar lo que a mí me convenga. Pero, en éste caso, darse la buena vida lo debemos tomar como darnos una buena vida humana, por lo tanto, implica relaciones entre personas, ya que de lo contrario, creo que sería imposible. Todos tenemos una realidad biológica pero, para llegar a ser hombres, se necesita de otros que fundamenten nuestra realidad cultural mediante enseñanzas. La base de nuestra cultura es el lenguaje, por lo que hablar y escuchar a alguien, es tratarlo como persona. Por eso darse la buena vida, también es dar la buena vida. Y de esto también va la ética.

Capítulo V
Es aquí donde debemos empezar a reflexionar un poco sobre nuestras conductas con y para los demás.
Las complicaciones de la vida tienen que ser tomadas de forma más sencilla, para poder superar los  problemas. El ejemplo del alumno y el maestro nos enseña que no es necesario tener todo para ser felices. En el ejemplo de Kane, seguimos diciendo lo mismo: tenía todo lo que quería, pero cuando quiso cariño no tuvo a
nadie que se lo diera, pues al ir reuniendo tanto dinero no prestó atención y no se dio cuenta de que se quedaba sin amigos, sin nadie. Para lograr la buena vida, según mi parecer, debemos vivir convencidos de que no toda da lo mismo. Y así, como nosotros mismo pedimos respeto y compresión, debemos ser capaces de comprender y respetar al resto de la gente, no tan sólo a las que nos rodean, sino que a toda. Esto debe ser una conducta habitual en nuestra personalidad.
Como condición de ética principal está no tomar la certeza de la muerte como un pretexto para vivir de cualquier modo, sino intentar comprender a cada momento de qué está tratando la vida y cómo se hace buena para uno, no para los demás, pues "nadie puede ser libre por ti."

Capítulo VI
Siempre debemos tener conciencia, para lo cual requerimos de cualidades innatas. Después del mínimo de condiciones sociales y económicas adecuadas, la conciencia depende de la atención y esfuerzo de cada individuo. Debe haber interés por vivir humanamente bien, concordancia entre actos y deseos, desarrollar el gusto moral y enfrentar la responsabilidad. La culpa y la responsabilidad también se relacionan con la conciencia, pero lo peor es el remordimiento, que es el descontento con nosotros mismos por emplear la libertad en contra de nuestros deseos. Ser responsable es saberse libre para bien o para mal y estar dispuesto a responder por los actos; actuar sin órdenes superiores. Como la decisión de vivir bien es personal, lo ideal sería que se volviera un tipo de vicio.

Capítulo VII
Cuando hablamos de ética, también hablamos de cómo vivir entre humanos, entre personas, por lo tanto debemos humanizarnos y ser mucho más empáticos en nuestro diario vivir. No tan solo entender a los demás, sino también, como lo planteo anteriormente, respetarlos, por el solo hecho de ser personas. Tratar a las personas como semejantes, no es más que ponerse en su lugar, tomarle en serio, tener en cuenta que podríamos perfectamente estar en su situación y no en la nuestra, aunque no por ello darle la razón en todo. Si bien, todos tenemos nuestros propios intereses, y unos deben ser muy distintos que otros, unos mucho más simples y otros un tanto complejos, aun así, con todos estos antecedentes, debemos siempre ponernos en el lugar del otro, porque su realidad es tan real como la nuestra, por más distinta que se vea.

Capítulo VIII
La mayoría de las veces que oímos hablar sobre algo inmoral se refiere al sexo, que por sí solo no tiene nada de inmoral, sino como todas las cosas, depende de su uso. El cuerpo está hecho para disfrutar y sin el disfrute de nuestro cuerpo no hay forma de llegar a la buena vida de la que tanto hemos hablado.
Tantos tabúes con el sexo no vienen de otro sitio más que del miedo al placer, y de la necesidad que había anteriormente de estar alerta frente a esta realidad. Y existen personas que tienen tanto miedo, precisamente a este placer, que se dedican a masificar su miedo a las demás personas, muchas veces obteniendo buenos resultados, haciendo un miedo masivo a dicho placer.
Pero si una cosa tenemos clara, es que, del placer hay que hacer uso, pero no abuso y bajo ésta lógica, saber reconocer fehacientemente, cuáles son los límites. Esto lo podemos distinguir, cuando dicho placer, nos está perjudicando. Y puede llegar un momento en donde nada más nos importe, que ese placer, incluso llegando a dejar cosas de lado, por esto mismo. Un ejemplo claro de esto podría ser, cuando ese placer ya no nos produce alegrías, ni beneficios.
Pero no sólo cosas mala tiene el placer, sino que nos puede aportar con beneficios, tales como; darnos un respiro para seguir teniendo fuerzas para salir adelante.

Capítulo IX
Y así, como lo inmoral está ligado al sexo, también se ligado a la política, más específicamente a quienes hacen política, ya que ética y política se parecen en el sentido de que las dos tratan de conducir a vivir bien, pero la ética, como lo hemos mencionado muchas veces antes, se ocupa de lo que uno hace con su libertad. En cambio, la política intenta coordinar el conjunto de lo que muchos hacen o pueden hacer con su libertad.  En la ética lo que cuenta es el querer hacer, en la política lo que cuenta son los resultados. La ética solo sirve para mejorarse a sí mismo, no se puede generalizar diciendo esto o lo otro es inmoral, o tal o cual cosa, pues cada persona y cosas son diferentes, y no podemos meterlo todo en el mismo saco. Por eso no podemos englobar a todos los políticos dentro de la inmoralidad. Por muy mala que nos parezca la política no podemos desentendernos de ella, si quieres tener esa buena vida de la que tanto hemos hablado, la política viene incluida en ella. Una política justa comprende una serie de valores como son la libertad, o la buena vida, no tanto que el político cumpla todo lo que promete. Eso no es posible, y tenemos que adaptarnos a ello para poder llevar la buena vida, no justificarnos diciendo que no seremos felices porque el mundo es una desgracia. Es cierto que todo sería mejor si todos cumpliésemos unas pautas o reglas, si fuésemos más tolerantes y comprensivos (en el tema de ideologías por ejemplo, o religiones) con el vecino, y aunque todos fuésemos diferentes y, podríamos llevar una convivencia más agradable, y un mundo más habitable.





CONCLUSIÓN

En el libro, anteriormente sintetizado y analizado, una de las frases que más llama la atención es “no hagas lo que no quieres que te hagan”. Nos deja en claro que está en cada uno de nosotros comprender el verdadero significado de lo que realmente es la ética, y que no es precisamente un listado de reglas establecidas, por el simple hecho, de que no existe una definición exacta de lo que está bien y lo que está mal. Es más, el autor, en su labor de explicarnos de la mejor manera posible , para que ser capaces de entender bien la ética, nos recuerda reiteradas veces, que las personas son libres de escoger lo que consideren bien o mal, dependiendo de las conveniencias personales, de las prioridades, meramente de las formas en que las personas puedan mirar y enfrentar la vida. Pero también deja muy en claro, que, todo esto es válido, siempre y cuando se respete a los demás en su conjunto.
También hay veces que confundimos el hecho de ser “bueno” por “ser aprobado” por los demás y aunque haya algunos que se llamen rebeldes y que odien el mundo sin saber por qué, no pueden evitar querer en el fondo la aprobación de algunos otros y es por ello que el autor se atreve a enfatizar que podremos prescindir de “cosas” pero no de “humanos” para vivir una buena vida.

2 comentarios:

  1. hola mucho gusto mi nombre es julian y te doy gracias por subir esto me ayudo a tener una idea mas clara sobre el tema y llenarme de conocimiento para poderlo plasmar en un trabajo GRACIAS

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  2. hola mucho gusto mi nombre es julian y te doy gracias por subir esto me ayudo a tener una idea mas clara sobre el tema y llenarme de conocimiento para poderlo plasmar en un trabajo GRACIAS

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