martes, 15 de mayo de 2012

Informe Grupal Ética Cívica: Derechos Del Inmigrante

            A continuación, les presentamos el link que les permitirá acceder a
nuestro trabajo grupal acerca de los "Derechos Del Inmigrante" realizado
en el marco del Taller de Ética Cívica, enfocado principalmente a lo que 
sucede en Chile y al quehacer fonoaudiológico...

http://www.mediafire.com/view/?ov5v0vv7n5y03gk



Ensayo: "Ser profesional"



El rol del fonoaudiólogo lo podemos ver expresado en cada malla de una universidad al describir el perfil que se considera para un alumno egresado, pero aún así varía dependiendo de la perspectiva que se le quiere dar, pues hay veces en que se considera más el lado humano, otros el ser un profesional íntegro, y para algunos sólo el lado profesional. Pero más que eso, el ser fonoaudiólogo no solo implica ser terapeuta, si no que abarcar de manera integra a nuestro "cliente", dejándose de lado lo de seguir el perfil, y más bien considerando las necesidades individuales que nuestro paciente amerite recibir, dicho en otras palabras, brindarles un trato holístico, o sea, de forma integral, pudiendo con esto abarcar todas las áreas que influyan en la salud del ser humano.

Esta forma de tratamiento debe ir complementado con valores éticos, siendo estos la base para el actuar fonoaudiológico. Los principales son: la empatía (considerando ponerse en el lugar del otro), el respeto (pues nos encontraremos con personas distintas a nosotros y aún así deberemos aceptarlas), el espíritu de servicio, entre otros. Además hay que considerar el proteger los derechos fundamentales de cada persona y no ver al paciente como un objeto a ser rehabilitado.

Debemos ser también responsables como profesionales, es decir, no sólo desempeñando nuestra función como tal, sino que además promoviendo el bienestar común, íntegramente. Se debe además dejar los prejuicios de la lado, sin juzgar a la persona por su modo de vestir o higiene, pues no se sabe las condiciones que vive, por esto debemos ser empáticos y no hacerlos sentir incómodos, y menos aún discriminados, pues ellos tienen derechos.

El ser fonoaudiólogo, además de todo lo anterior, requiere de conocimientos teóricos de variadas disciplinas, pero más allá de eso, requiere reconocer que somos todos igual tan sólo por ser seres humanos, por tanto un buen ejercicio para desempeñar es preguntarse ¿cómo me gustaría que me tratasen a mí?

miércoles, 9 de mayo de 2012

Ensayo libro "Ética Para Amador" (Melany Márquez)



INTRODUCCIÓN


“Ética para Amador” es un libro escrito por el filósofo Fernando Savater, que intenta educar a su hijo Amador en el arte de vivir bien la vida; sobre la ética, como bien lo dice su título. Pero éste libro tiene como objetivo también, invitar a todos los lectores, principalmente adolescentes, a reflexionar sobre los valores la vida misma.
El libro en sí, es una especie de carta larguísima sobre lo que un padre quiere expresarle a su hijo. Quizá con esta acción pueda, aunque sea pequeña, alimentar en cuanto a sus perspectivas la forma de ver la ética. Hace hincapié en lo que nos diferencia de los animales, que es la capacidad de razonar frente a nuestras propias acciones. Y es precisamente por esto, que no tan sólo el autor lo menciona en su libro, sino que siempre nos encontramos con la frase de que “somos únicos”, a lo que el autor llama a “humanizarnos”.
Savater en su libro, trata de incentivar a que los jóvenes vean y vivan la ética como lo más normal, y no como muchos piensa, en una lista de reglas a seguir. Él nos explica que nadie nace sabiendo la ética, que es algo que se aprende a través de los años, con la experiencia y la madures de la persona, y a través de su obra intenta ayudarnos a entenderlo. El libro abarca temas que son necesarios para poder entender que es ética; como la moral, los caprichos, las ordenes, la costumbre   y las diferencias entre estas. Y por sobre todo, pone énfasis en la libertad que tiene cada uno de decidir lo que quiere.
 


RESUMEN

Capítulo I: De qué va la ética
Los animales no tienen la capacidad de elegir sobre sus actos, ya que están programados para realizar ciertas acciones  u otras veces actúan por instinto; a raíz de esto se puede inferir que los animales siempre tienen un tipo de conducta;  no así mismo los hombres… de nosotros podemos esperar cualquier cosa, nunca se sabe cuál será nuestra última decisión, ya que al tener la libertad de elegir, las opciones barajadas con muchas.
El ser humano posee la capacidad de obrar según su propia voluntad a lo largo de su vida;  podemos decidir sobre nuestras conductas, que  es bueno o malo, que es lo que queremos y no queremos hacer; por lo cual somos responsables de nuestros actos. Tener dicha libertad de acción no quiere decir que somos dueños de decidir lo que nos pasa, (ya que no somos omnipotentes) para lograr ciertos objetivos debemos desarrollar las competencias necesarias para conseguirlo y lograrlo a cabalidad


Capítulo II: Ordenes, costumbres y caprichos
El hombre al no ser un ente omnipotente no puede  elegir lo que le pasa, pero si puede elegir que hacer frente a los acontecimientos.  Al no elegir lo que nos sucede a veces las circunstancias nos imponen elegir sobre dos opciones que no hemos elegido; cuando estamos ante situaciones complejas entra en juego nuestra capacidad de “razonar “para  así tomar la decisión más adecuada, pertinente o conveniente. Contrapuestamente la mayoría de nuestros actos en la vida cotidiana los hacemos  automáticamente, sin darle muchas vueltas al asunto, actuando de manera casi instintiva sin plantearse muchos problemas,  pero ¿Por qué tenemos estas conductas? Aquí entra el cuestionamiento ¿cuáles son los reales motivos para hacerlo?  Hay tres tipos de motivos: ordenes, caprichos y costumbres.
La primera de ellas se basa en aceptar voluntariamente una norma o autoridad; las costumbres son cosas que hacemos habitualmente, cosas diarias en las que estamos inmersos, los caprichos son las cosas hacemos simplemente porque nos dieron ganas  (porque si). Ordenes y costumbres vienen de afuera, se te imponen sin pedirte permiso, en cambio los caprichos te salen de adentro



Capítulo III: Haz lo que quieras
Libertad es poder decir: aquello que me conviene lo quiero, aquello no me conviene por ende no lo quiero; libertad es poder decir “si o no”;   sin importar lo que opinen los demás.
Al tener la libertad de decidir también hay tomar conciencia sobre que se está resolviendo, puede ser una buena o mala decisión. Cuando nos ocurren sucesos importantes es cuando entramos a razonar sobre el hecho, la mayoría de las veces nuestras acciones se deben a unos de los 3 motivos antes mencionados (orden, costumbre, capricho), pero cuando estamos frente al algo que es de suma importancia nos asalta la duda: ¿debo seguir la orden solo porque alguien cree que es lo mejor? ¿Debo hacer lo acostumbrado porque todos los hacen?. Frente a esta disyuntiva es preciso decir que no se  puede decidir sobre otro, nadie puede decir que esto o aquello es bueno o malo para alguien, ya que para esto la misma persona debe razonar al respecto, meditar sobre lo que le es conveniente y lo que no.
En el fondo cada uno debe hacer lo que le parezca, por esto el nombre del capítulo (haz lo que quieras).



Capítulo IV: Date la buena vida
Hacer lo que quieres, significa plantearte todo desde ti mismo, que nazca de tu voluntad; preguntártelo a ti mismo. Significa interrogarse uno mismo sobre el uso de su libertad.
Estamos condenados a ser libres, y a elegir. Ya sea elegir que es lo que uno quiere, o como quiere o cuando lo quiere, uno siempre esta eligiendo. Es entonces cuando aparece una responsabilidad creadora de elegir nuestro camino, y queramos o no, tenemos que hacerlo.
A veces los hombres queremos cosas contradictorias que entran en conflicto unas con otras. Es importante ser capaz de establecer prioridades y de imponer una cierta jerarquía ante lo que de pronto queremos y lo que realmente, en el fondo y a la larga queremos.
Debemos a atrevernos a “darnos la buena vida”. La ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor. Cuando hablamos de darnos la buena vida hablamos de la buena vida humana; porque ser humano consiste en tener relaciones con otros seres humanos. La humanización es un proceso reciproco, entonces darse la buena vida es también dar la buena vida.


Capítulo V: ¡Despierta baby!

Vivir humanamente es comprender el por qué, cómo va la vida que llevamos, y que es lo que nos puede ayudar a hacerla buena. El trato es importante porque los humanos nos humanizamos unos a otros. Al tratar a las personas como a personas y no como a cosas estoy haciendo posible que me devuelvan lo que solo una persona puede darle a otra.
La libertad tiene efectos indudables, cada acto libre que hago limita mis posibilidades al elegir y realizar una de ellas. Entonces lo que llamamos remordimiento no es más que el descontento que sentimos con nosotros mismos cuando hemos empleado mal la libertad, es decir, cuando la hemos usado en contradicción con lo que de veras queremos como seres humanos.
La moral nos enseña a comprender porque ciertos comportamientos nos convienen y otros no, comprender de que va la ética y que es lo que puede hacerla "buena". Responsabilidad es saber que cada uno de mis actos me va construyendo, me va definiendo, me va inventando.



Capítulo VI: Aparece pepito grillo
La palabra imbécil no solo tiene el significado que todos conocemos (tonto, bobo), también se le llama imbécil a la persona que necesita bastón, es decir, necesita apoyarse en cosas de afuera, ajenas que no tienen nada que ver con la libertad y reflexión  propia. Los imbéciles terminan fastidiándose y nunca puede vivir la buena vida, el vivir en plenitud que a tantos nos apetece.
Los humanos necesitamos para vivir bien algo que solo otros humanos pueden darnos si nos lo ganamos (confianza, respeto, amor, etc.)  porque es imposible robar estos por la fuerza o los engaños. Cuando se roba ese algo a la larga se convierte en veneno; ni las cosas materiales ni el poder pueden generar respeto, amistad, etc. Si nos amamos así mismo es más fácil conseguir este afecto, si nos amamos podemos exteriorizar por medio de nuestras conductas este interior limpio
El remordimiento viene de la libertad, ya que al tener la libertad de elegir nuestros actos a veces actuamos mal y al percatarnos de esto nos estamos dando  cuenta de que estamos siendo castigados hemos contradicho lo que realmente queremos ser como ser humano.
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Capítulo VII : Ponte en su lugar
Lo que hace humana la vida  es transcurrir en compañía de humanos interactuar y compartir con ellos, lo que busca la ética es como vivir bien la vida humana, la vida que transcurre entre humanos
Al comportarme ante mis semejantes como enemigo aumento sin duda la posibilidad de que ellos se conviertan en mis enemigos también, y además pierdo la posibilidad de que ellos me den su amistad. Es más lógico sembrar lo que quieres cosechar, si quieres que sean amables contigo tienes que serlo tú también
La mayor ventaja que podemos obtener de nuestros semejantes es la complicidad y afecto de más seres libres, es decir la ampliación y refuerzo de mi humanidad. Nuestros intereses nos ponen en contacto con otras realidades, por esto es importante tratar a las personas humanamente, esto consiste en ponerse en su lugar, reconocer a alguien como semejante implica comprenderle desde adentro, adoptar por un momento su punto de vista , tomar en cuenta sus derechos, entender lo que nuestros semejantes pueden esperar de nosotros, etc. Esto es un esfuerzo que debemos hacer cada uno si lo que pretendemos es vivir bien.



Capítulo VIII: Tanto gusto
El sexo no se puede tomar a la ligera porque la procreación tiene que ver mucho con la responsabilidad y la libertad. Hay quienes dicen que dedicarse con demasiado entusiasmo al sexo animaliza al hombre. Pero la verdad es que son precisamente animales quienes sólo emplean el sexo para procrear, lo mismo que sólo utilizan la comida para alimentarse o el ejercicio físico para conservar la salud; los humanos, en cambio, hemos inventado el erotismo, la gastronomía y el atletismo. Los humanos no sólo usamos el sexo para procrear, sino que existen una serie de lazos afectivos. Cuanto más se separa el sexo de la simple procreación, menos animal y más humano resulta.
El placer es bueno cuando nos proporciona alegría. A la virtud de poner el placer al servicio de la alegría; es decir, a la virtud que sabe no ir a caer del gusto en el disgusto, la llamamos templanza. Pero en ocasiones este término se lleva a los extremos, lo cual no resulta adecuado: la abstinencia y la prohibición.


Capitulo IX: Elecciones generales
Muchas personas dicen que los políticos son unos inmorales y no tienen ética, pero la ética no sirve para criticar a la gente, sino para mejorarse a uno mismo. Ahora bien: ¿por qué tienen tan mala fama los políticos? Pues porque sus defectos son más notorios al ocupar puestos especialmente visibles, porque pueden abusar de ciertos poderes, porque a veces se les tiene envidia, y porque tienden a hacer más promesas de las que pueden cumplir.
La política y la ética tienen en común que ambas buscan la mejor manera de vivir bien. Sin embargo, también hay diferencias: la ética se basa en la libertad individual, mientras que la política intenta coordinar de la manera más provechosa para el conjunto lo que muchos hacen con sus libertades.
El autor comenta que los problemas de los seres humanos no pueden ser resueltos más que de forma global para todo el mundo; la actual fragmentación política no hace más que perpetuar estas lacras y entorpecer las soluciones que se proponen. Aquello que favorece la organización de los hombres de acuerdo con su pertenencia a la humanidad y no por su pertenencia a tribus, es algo políticamente interesante.




ANÁLISIS

Capítulo I
Siempre las personas hemos hecho la diferencia entre lo bueno y lo malo. ¿Pero, sabemos realmente distinguir entre lo uno y lo otro? Según el texto, lo bueno vendría siendo lo conveniente para nosotros, y lo malo lo inconveniente. Bajo ésta lógica,  lo bueno y lo malo, ya pasaría a ser algo mucho más subjetivo de lo que realmente creíamos. Porque, algo que quizá para mí sea conveniente (bueno), quizá para otra persona sea inconveniente (malo). Entonces, la clave está en saber lo que me conviene, así puedo distinguir entre lo bueno y lo malo.
Y es aquí precisamente, donde aparece la palabra libertad. Libertad para poder elegir, entre qué conducta quiero seguir y cuál no. Pero debemos hacer varias aclaraciones cuando hablamos de libertad. Primero; como el mismo texto lo plantea, no somos libres de elegir lo que nos pasa, (nacer tal día, elegir nuestro apellido, determinar si tener o no una enfermedad, etc.) Pero si soy libre para responder del modo que yo quiera, frente a lo que me suceda. Segundo: Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. Esto es, saber diferenciar bien, entre la libertad y la omnipotencia. Vale decir, hay cosas que dependen meramente de mi voluntad, y eso es ser libre, pero también hay cosas que no dependen de mi voluntad, y si así lo fuese, sería omnipotente. Y esto es muy conveniente para nosotros, ya que como no todo depende de mí y de mi voluntad, no me siento culpable de las cosas que me ocurran.

Capítulo II
Siguiendo la base anteriormente planteada, podemos sostener que hay cosas que nos convienen para vivir y otras no, pero no siempre sé exactamente cuáles son estas cosas. Y el hacerlas o no, pasa netamente por mi elección, porque yo prefiero hacer esto, en vez de aquello. Sin embrago, hay muchos actos que los hacemos sin siquiera darnos cuenta de ello, debemos reconocer que muchos cosas las hacemos sin darle mucha vuelta al asunto, los hacemos casi automáticamente. Así también, hay cosas que las hacemos dependiendo del motivo de éstas, vale decir, la razón que tengo, o creo tener para hacer algo, esta es la explicación más aceptable de mi conducta.
En el texto, se plantean tres tipos de motivos, el primero de ellos es las órdenes; básicamente, es cuando realizamos ciertas cosas que nos han sido delegadas, mandadas. Y este tipo de motivo va muy ligado a, que si cumplo las órdenes dadas o no, puedo tener tanto, recompensas, como represalias, respectivamente. El segundo motivo son las costumbres; esto es lo corriente, la rutina de cada día viene de la comodidad de seguir la rutina e interés, de no contrariar a los otros, es decir la presión de los demás. Y por último el tercer motivo son los caprichos; como bien lo explica el texto, el motivo parece ser la falta de motivo. Actuamos como se nos dé la gana, salen de adentro, son espontáneos y uno se siente más libre.

Capítulo III
La mayoría de las cosas, las hacemos porque nos las mandan, pero está en mí la libertad de decir sí o no, lo hago o no hago, digan lo que digan los demás, me conviene y lo quiero, o al revés, no me conviene, por lo tanto no lo quiero. Ahora bien, la libertad va ligada a decidir, pero también a darse cuenta de qué es lo que se está decidiendo. Un ejemplo para entender mejor esto: mi jefe me podría dar una orden, y yo siendo responsable a mi trabajo, no dudaría en cumplir dicha orden. Pero yo, debo saber discriminar y darme cuenta si, la orden dada es algo bueno, o no, o sea inmoral.
Entonces debemos comprender que, nunca una acción es buena, por el sólo hecho de ser una orden, un costumbre o un capricho. Vale mencionar también que “moral” es el conjunto de comportamientos que tenemos las personas y solemos aceptarlos como válidos; y “ética” es la reflexión sobre por qué los consideramos válidos.

Capítulo IV
Cuando estamos frente a tomar una decisión, debemos aprovecharnos de esa libertad que se nos ha dado, para preguntarnos a nosotros mismos, y a nadie más, qué es lo que debo hacer, por eso mismo, el autor nos da una frase “haz lo que quieras”. ¿Pero qué realmente debemos hacer? Es en este caso donde debemos hacer buen uso de nuestra libertad y no dejarnos guiar por nuestros caprichos, y es aquí precisamente, donde debemos establecer prioridades, para esclarecer lo que realmente uno quiere. Y para estos momentos, el autor del libro, nos da otra frase; “date la buena vida”. Si yo leo una frase así, puedo interpretar cualquier  cosa, o siguiendo con la línea que hemos planteado, puedo interpretar lo que a mí me convenga. Pero, en éste caso, darse la buena vida lo debemos tomar como darnos una buena vida humana, por lo tanto, implica relaciones entre personas, ya que de lo contrario, creo que sería imposible. Todos tenemos una realidad biológica pero, para llegar a ser hombres, se necesita de otros que fundamenten nuestra realidad cultural mediante enseñanzas. La base de nuestra cultura es el lenguaje, por lo que hablar y escuchar a alguien, es tratarlo como persona. Por eso darse la buena vida, también es dar la buena vida. Y de esto también va la ética.

Capítulo V
Es aquí donde debemos empezar a reflexionar un poco sobre nuestras conductas con y para los demás.
Las complicaciones de la vida tienen que ser tomadas de forma más sencilla, para poder superar los  problemas. El ejemplo del alumno y el maestro nos enseña que no es necesario tener todo para ser felices. En el ejemplo de Kane, seguimos diciendo lo mismo: tenía todo lo que quería, pero cuando quiso cariño no tuvo a
nadie que se lo diera, pues al ir reuniendo tanto dinero no prestó atención y no se dio cuenta de que se quedaba sin amigos, sin nadie. Para lograr la buena vida, según mi parecer, debemos vivir convencidos de que no toda da lo mismo. Y así, como nosotros mismo pedimos respeto y compresión, debemos ser capaces de comprender y respetar al resto de la gente, no tan sólo a las que nos rodean, sino que a toda. Esto debe ser una conducta habitual en nuestra personalidad.
Como condición de ética principal está no tomar la certeza de la muerte como un pretexto para vivir de cualquier modo, sino intentar comprender a cada momento de qué está tratando la vida y cómo se hace buena para uno, no para los demás, pues "nadie puede ser libre por ti."

Capítulo VI
Siempre debemos tener conciencia, para lo cual requerimos de cualidades innatas. Después del mínimo de condiciones sociales y económicas adecuadas, la conciencia depende de la atención y esfuerzo de cada individuo. Debe haber interés por vivir humanamente bien, concordancia entre actos y deseos, desarrollar el gusto moral y enfrentar la responsabilidad. La culpa y la responsabilidad también se relacionan con la conciencia, pero lo peor es el remordimiento, que es el descontento con nosotros mismos por emplear la libertad en contra de nuestros deseos. Ser responsable es saberse libre para bien o para mal y estar dispuesto a responder por los actos; actuar sin órdenes superiores. Como la decisión de vivir bien es personal, lo ideal sería que se volviera un tipo de vicio.

Capítulo VII
Cuando hablamos de ética, también hablamos de cómo vivir entre humanos, entre personas, por lo tanto debemos humanizarnos y ser mucho más empáticos en nuestro diario vivir. No tan solo entender a los demás, sino también, como lo planteo anteriormente, respetarlos, por el solo hecho de ser personas. Tratar a las personas como semejantes, no es más que ponerse en su lugar, tomarle en serio, tener en cuenta que podríamos perfectamente estar en su situación y no en la nuestra, aunque no por ello darle la razón en todo. Si bien, todos tenemos nuestros propios intereses, y unos deben ser muy distintos que otros, unos mucho más simples y otros un tanto complejos, aun así, con todos estos antecedentes, debemos siempre ponernos en el lugar del otro, porque su realidad es tan real como la nuestra, por más distinta que se vea.

Capítulo VIII
La mayoría de las veces que oímos hablar sobre algo inmoral se refiere al sexo, que por sí solo no tiene nada de inmoral, sino como todas las cosas, depende de su uso. El cuerpo está hecho para disfrutar y sin el disfrute de nuestro cuerpo no hay forma de llegar a la buena vida de la que tanto hemos hablado.
Tantos tabúes con el sexo no vienen de otro sitio más que del miedo al placer, y de la necesidad que había anteriormente de estar alerta frente a esta realidad. Y existen personas que tienen tanto miedo, precisamente a este placer, que se dedican a masificar su miedo a las demás personas, muchas veces obteniendo buenos resultados, haciendo un miedo masivo a dicho placer.
Pero si una cosa tenemos clara, es que, del placer hay que hacer uso, pero no abuso y bajo ésta lógica, saber reconocer fehacientemente, cuáles son los límites. Esto lo podemos distinguir, cuando dicho placer, nos está perjudicando. Y puede llegar un momento en donde nada más nos importe, que ese placer, incluso llegando a dejar cosas de lado, por esto mismo. Un ejemplo claro de esto podría ser, cuando ese placer ya no nos produce alegrías, ni beneficios.
Pero no sólo cosas mala tiene el placer, sino que nos puede aportar con beneficios, tales como; darnos un respiro para seguir teniendo fuerzas para salir adelante.

Capítulo IX
Y así, como lo inmoral está ligado al sexo, también se ligado a la política, más específicamente a quienes hacen política, ya que ética y política se parecen en el sentido de que las dos tratan de conducir a vivir bien, pero la ética, como lo hemos mencionado muchas veces antes, se ocupa de lo que uno hace con su libertad. En cambio, la política intenta coordinar el conjunto de lo que muchos hacen o pueden hacer con su libertad.  En la ética lo que cuenta es el querer hacer, en la política lo que cuenta son los resultados. La ética solo sirve para mejorarse a sí mismo, no se puede generalizar diciendo esto o lo otro es inmoral, o tal o cual cosa, pues cada persona y cosas son diferentes, y no podemos meterlo todo en el mismo saco. Por eso no podemos englobar a todos los políticos dentro de la inmoralidad. Por muy mala que nos parezca la política no podemos desentendernos de ella, si quieres tener esa buena vida de la que tanto hemos hablado, la política viene incluida en ella. Una política justa comprende una serie de valores como son la libertad, o la buena vida, no tanto que el político cumpla todo lo que promete. Eso no es posible, y tenemos que adaptarnos a ello para poder llevar la buena vida, no justificarnos diciendo que no seremos felices porque el mundo es una desgracia. Es cierto que todo sería mejor si todos cumpliésemos unas pautas o reglas, si fuésemos más tolerantes y comprensivos (en el tema de ideologías por ejemplo, o religiones) con el vecino, y aunque todos fuésemos diferentes y, podríamos llevar una convivencia más agradable, y un mundo más habitable.





CONCLUSIÓN

En el libro, anteriormente sintetizado y analizado, una de las frases que más llama la atención es “no hagas lo que no quieres que te hagan”. Nos deja en claro que está en cada uno de nosotros comprender el verdadero significado de lo que realmente es la ética, y que no es precisamente un listado de reglas establecidas, por el simple hecho, de que no existe una definición exacta de lo que está bien y lo que está mal. Es más, el autor, en su labor de explicarnos de la mejor manera posible , para que ser capaces de entender bien la ética, nos recuerda reiteradas veces, que las personas son libres de escoger lo que consideren bien o mal, dependiendo de las conveniencias personales, de las prioridades, meramente de las formas en que las personas puedan mirar y enfrentar la vida. Pero también deja muy en claro, que, todo esto es válido, siempre y cuando se respete a los demás en su conjunto.
También hay veces que confundimos el hecho de ser “bueno” por “ser aprobado” por los demás y aunque haya algunos que se llamen rebeldes y que odien el mundo sin saber por qué, no pueden evitar querer en el fondo la aprobación de algunos otros y es por ello que el autor se atreve a enfatizar que podremos prescindir de “cosas” pero no de “humanos” para vivir una buena vida.

martes, 8 de mayo de 2012

Ensayo de libro "Ética Para Amador" (Nicole Aguilar)





 INTRODUCCIÓN


Savater en su libro “Ética para Amador” intenta dar una serie de explicaciones que intentan llegar al fondo de la ética misma, si bien no para dar una solución o la fórmula perfecta para vivir en la sociedad, pero si para reflexionar y realizar una propia búsqueda acerca de cómo vivir la vida.
En el presente ensayo para la asignatura de Ética Profesional, se presentan las síntesis de cada uno de los capítulos que conforman este libro y posteriormente, un análisis de acuerdo a la perspectiva personal de quien escribe, en la que se intenta hacer una interpretación acerca de los contenidos leídos en el texto, llevándolo también a la propia experiencia y reflexión para, de este modo, complementar la comprensión de lo expuesto por el autor.







RESUMEN




Capítulo I: De qué va la Ética

Existen muchos saberes y ciertamente no podemos saberlos todos, ser especialistas en algunas áreas y ser ignorantes en otras, lo cual no impide seguir adelante. Lo que sí se debe tener en cuenta, es que existen variados modos de vivir pero algunos de ellos, no nos permitirían hacerlo, por lo que hay cosas esenciales que se debe saber si lo que se quiere es vivir. En otras palabras, un saber del cual no se puede prescindir es que existen cosas buenas (lo que conviene) y malas (aquellas que no). No siempre las cosas son tan sencillas como decir esto me conviene y esto otro no, sino que a veces lo que es malo parece ser más o menos bueno, mientras que lo bueno nos parece ser malo. Los humanos estamos provistos de libertad a diferencia de los animales, por lo que podemos inventar y elegir, en parte nuestra forma de vida mientras que los animales sólo pueden optar a aquello que la naturaleza los ha programado a hacer. No tenemos control de aquello que nos pasa pero sí de cómo respondemos a esto, teniendo la opción de errar y corregir las fallas en un futuro, y específicamente a ese saber vivir se le llama ética.


Capítulo II: Órdenes, Costumbres y Caprichos

Cada vez que hacemos algo, lo hacemos de acuerdo a nuestras preferencias. Sin embargo, no siempre hacemos lo que realmente queremos, sino que elegimos entre las opciones que las circunstancias nos imponen, aquello que preferimos en mayor o menor grado dependiendo de la situación y muchas veces desearíamos no tener que elegir. Cuando las cosas son así, somos libres pero de optar en circunstancias que no hemos elegido vivir, como sucede en el ejemplo del capitán quien frente a una tormenta se ve obligado a elegir entre arrojar al mar la mercancía o salvarse él junto a su tripulación, siendo que el preferiría no optar por ninguna de las dos. No todo es tan trágico como en el ejemplo, y tampoco pasamos el  día pensando que nos conviene o no. Existen diferentes motivos o razones por las cuales haces lo que haces, nos encontramos con las órdenes, aquello que hacemos porque alguien nos lo manda a hacer, costumbres, aquello que hacemos tan repetidas veces que las hacemos ya sin pensar que dependen de los demás y los caprichos, aquello que se hace por que se te da la gana, que dependen sólo de ti.


Capítulo III: Haz lo que quieras

Existen ciertas situaciones en que las motivaciones no bastan para explicar lo que hacemos, no convencen que sean lo único que hay detrás de las acciones. Esto tiene que ver con la libertad, que no sólo consiste en decidir sino que también en saber lo que estás decidiendo. Lo que significa que debemos detenernos a pensar al menos dos veces antes de hacer algo: una para ver qué motivación condiciona mi acción y la segunda para preguntarse ¿pero por qué hago (lo que me ordenan o lo que suelo hacer)? Por lo tanto, para hacer buen uso de la libertad (en esto consiste la moral), se debe dejar a un lado las órdenes, costumbres y caprichos puesto a que no siempre serán los motivos adecuados para actuar. En la infancia podríamos decir que sólo ellas bastan para vivir lo que otros han inventado para mí, pero cuando se es adulto, se debe ser capaz de inventar la propia vida teniendo en cuenta que no siempre lo que es bueno para uno, no lo es para todos. No es fácil decir cuándo un humano es bueno o no, puesto a que no sabemos para qué servimos pero sí que existen varias formas de ser bueno dependiendo de qué hagamos.


Capítulo IV: Date la buena vida

Al plantear como lema fundamental de la ética: “haz lo que quieras”, se debe dejar a un lado las motivaciones comunes y dejar de planteárselo desde afuera (sociedad) y hacerlo desde uno mismo. Este lema, además presenta una contradicción: te piden que hagas lo que quieras, pero si haces lo que quieres estarías obedeciendo a esta orden y si no, de todos modos estarías haciendo lo que quieres y que es justamente lo que se está pidiendo que hagas. Por lo que estamos sentenciados a ser libres, hagamos lo que hagamos hacemos uso de nuestra libertad. No se debe confundir “haz lo que quieras” con el “hacer lo que se te da la gana” pues no siempre el segundo concuerda con lo que realmente quieres en la vida y si haces caso sin pensarlo bien a lo segundo luego te puedes arrepentir, como le pasó a Esaú cuando renunció a su herencia por un plato de lentejas. A lo que se apunto con esta orden es a que vivas la buena vida pero humana, puesto a que esta es buena pero en relación con otros, y me humanizo sólo cuando yo hago humanos a los demás al tratarlos como tales.


Capítulo V: ¡Despierta, Baby!

Recordando los casos de Esaú y el ciudadano Kane, podemos decir que estos hicieron lo que quisieron en su momento con sus vidas pero no lograron darse la buena vida. Esaú renunció a su herencia por un impulso natural como querer saciar hambre incurriendo en el error de simplificar más de la cuenta la vida cuando si pensó así, estaba pensando en la muerte y no en la vida, la cual siempre implica obstáculos. Mientras que Kane, que también simplificó la vida, renunció hasta a su última fibra de humanidad al tratar a todo y a todos como objetos guiado por su ambición. Lo que sucede es que las cosas que poseemos también nos poseen a nosotros, la vida es más compleja de lo que imaginamos, no sólo necesitamos de las cosas materiales sino que existe una necesidad de afecto detrás de todo y el error en que se debe evitar incurrir es en tratar a las personas como objetos. No podemos sacar de una cosa más que cosas y de alguien nada más que lo que es. De modo que si tratamos al otro como objeto no conseguiremos más que esto y no afecto sincero que como seres humanos requerimos para llevar una buena vida humana.


Capítulo VI: Aparece Pepito Grillo

La única obligación que tenemos en la vida es no ser imbéciles morales, es decir, aquel que cojea pero no de las piernas sino que del alma. Podemos distinguir en la sociedad varios tipos de ellos y todos necesitan apoyarse en cosas externas que no incluyen a la libertad o reflexión propia y nunca logran vivir la buena vida. Lo opuesto a ser imbécil moral es la conciencia, que nos curará de este mal, algunos la poseen como un don innato mientras que otros, deben esforzarse más para desarrollarlo a través de la práctica, como quien afina su oído musical con el tiempo. Uno puede ser egoísta sin ser imbécil, es decir, querer lo mejor para sí mismo, o egoísta consecuente, que sabe lo que le conviene para vivir bien y lucha por ello o bien ser un egoísta imbécil, cuando no sabe que es lo que le conviene, transformándose hasta en su peor enemigo. Cuando nos sentimos culpables de nuestro mal comportamiento yendo en contra de lo que realmente queríamos como humanos, surgen los remordimientos que no existirían si no fuésemos libres y el ser conscientes de nuestra libertad, es lo que nos convierte finalmente en seres responsables.


Capítulo VII: Ponte en su lugar

Lo que a la ética le importa es como vivir bien la vida humana, es decir aquella que se da sólo entre humanos. Dos visiones diferentes de acerca de cómo podría el hombre reaccionar en su relación con otro, son el caso de Robinson Crusoe y la de Marco Aurelio; podemos reaccionar con cautela, viendo al otro como un enemigo en caso de que se siga por la línea salvaje y si se quiere ser humano, ver al otro como un semejante a pesar de las diferencias, como ocurre con Crusoe al enfrentarse con la existencia de otro humano en la isla, probablemente salvaje y caníbal, o bien del modo en que el emperador ve las cosas, donde lo más importante está en no olvidar que el otro me conviene sólo por el hecho de ser tan igual a mí, en la condición de ser humano. Al final la ventaja más importante que podemos sacar de nuestros semejantes es la complicidad y afecto de seres libres, o sea, refuerzo de mi humanidad. Tratar al otro como persona consiste en intentar ponerse en su lugar, lo que significa considerarlo tan real como a mi misma siendo el único interés que debiera existir entre humanos el trato recíproco de humanos como tal.


Capítulo VIII: Tanto gusto

La mayoría de las personas al hablar de lo moral e inmoral, piensan inmediatamente que lo que se dirá está relacionado con sexo. Siendo que es algo natural y que mientras hace disfrutar a dos sin dañar a nadie, no tiene nada de malo y al ser nosotros un cuerpo, debemos proporcionarle satisfacción y bienestar sino no valdría la pena una buena vida. Lo que explicaría este fenómeno de relacionar lo inmoral con el sexo, sería el miedo al placer y como la relación sexual consiste en aquel placer más intenso y asustaría puesto a que nos agrada mucho. Si estos placeres nos alejan demasiado de otras cosas que también importan en la vida, a parte de satisfacer al cuerpo, hay que preocuparse, puesto a que ya no sería un placer sino un castigo disfrazado de placer que puede resultar letal. Y la ética busca apostar siempre porque la vida vale la pena y las penas que conforman nos llevan a los placeres que nos hacen disfrutar de la vida y lo máximo que podemos obtener de ellos es la alegría (templanza) y todo aquello que nos aleje de ella es signo de que estamos disfrutando con algo que es malo.

Capítulo IX: Elecciones generales

Para lo único que la ética sirve es para intentar mejorarse a uno mismo y no para venir a darse atribuciones para criticar a cuanto grupo de personas se nos cruce por delante y ponerlos en el ojo del huracán, como sucede con los políticos, mujeres, etnias, condiciones socioeconómicas o tendencias sexuales diferentes tengan. Tendemos a generalizar y a acusar a los políticos que son todos corruptos o que no poseen ética, siendo lo más probable que ellos se parezcan mucho a quienes votamos por ellos para que ocupen un cargo público por lo que sus defectos están expuestos a habladurías, ganándose así una mala fama. Pero lo que importa es ver si existe una relación entre la ética y la política y como interactúan éstas, siendo la ética el arte de elegir lo bueno y vivir lo mejor posible, mientras que la segunda, organizar lo mejor posible la convivencia social. En resumen, el llamado es a vivir en armonía, respetarnos como humanos, aprender a considerar los intereses de otros como propios (justicia) sin olvidar la dignidad la cual nos sirve para reconocernos como seres únicos e irrepetibles, que es lo único que finalmente, no se tranza y/o vende.



ANÁLISIS POR CAPÍTULO


Capítulo I: De qué va la Ética
“Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y termitas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o  arte de vivir si prefieres, es a lo que llaman ética”. Decidí iniciar con esta cita, puesto a que creo conforma parte de los dichos principales que el autor quiere dejar en claro en cuanto a conceptos, a lo largo del primer capítulo del texto, en su intento de adentrarse a definir “ética” de modo que quien lo lea pueda comprenderlo de la manera más sencilla posible. Partir desde el hecho de que como seres humanos, nos dota de una cualidad que es propia e innata que es la libertad, que no poseen los demás seres vivos, esto nos abre un abanico de opciones de las cuales podemos elegir aquella que nos parezca más o menos conveniente dependiendo de la situación que tengamos en frente. Claro está que no somos omnipotentes como lo vendría a ser Dios, según mi creencia católica el único capaz de saberlo todo (él que todo lo puede, todo lo sabe), por lo que no tenemos el control de las cosas que nos pasan pero sí la opción de elegir como respondemos a ellas, utilizando nuestra condición natural. Carecemos de la perfección completa y en el camino cometemos errores, cosa que en el mundo animal no suele ocurrir, y el saber vivir de eso se trata, de darse cuenta de ello y en la siguiente oportunidad procurar actuar de la mejor manera posible.


Capítulo II: Ordenes, Costumbres y Caprichos
Francamente, vivimos la vida sin ser conscientes muchas veces del por qué actuamos de tal manera, sin buscar más explicaciones sino que simplemente vivimos e incluso, me arriesgo a decir a que vivimos pero inconscientemente (con esto me refiero a que hacemos muchas cosas sin ir más allá de la acción). Claro está, que no es sano pasarnos todo el día pensando el por qué hacemos lo que hacemos con cada cosa que hacemos, como exagera en un ejemplo de la cotidianidad que menciona Savater, respecto a cómo sería nuestra vida si pensáramos a cada segundo mientras caminamos, qué pie estoy moviendo: “ahora el izquierdo, luego el derecho…” esto entorpecería nuestro actuar en otras cosas que sí valdrían la pena estar más atento al hacerlas, como lo sería por ejemplo cruzar la calle de modo seguro, si ocurriera lo del ejemplo de los pies, corro serio peligro de morir en el intento de cruzar la calle. Otro punto relevante que me agrada que Savater haya mencionado, no sólo la identificación de las motivaciones ocultas tras nuestros actos (ordenes, costumbres y caprichos) sino que el balance y “hasta qué punto es aconsejable obedecer” o seguir al pie de la letra lo que nuestros motivos (caprichos) o aquellos motivos que nos dicta la sociedad (ordenes, costumbres) nos dice. Por lo qué ahí entra en juego nuevamente nuestra libertad de decisión y selección frente a cómo respondemos a lo que nos pasa, hasta qué punto estamos dispuestos a arriesgar si no obedecemos o  a acatar aunque nos cueste caro.


Capítulo III: Haz lo que quieras
Concuerdo con Savater al mencionar que cuando se es adulto ya no se puede seguir en una etapa que más se ajusta al vivir de un niño, que considera para su actuar tan sólo a las motivaciones comunes, y esto no es más que una fase natural de crecimiento que se construye desde la familia o entorno en que el niño ha crecido y se han encargado de construir esa forma de vivir para nosotros. Pero no podemos quedarnos estancados en esa etapa a medida que crecemos, y en mi caso que me estoy formando como profesional desligándome del cascarón y nicho en cual me crié. Por lo que debo ir construyendo mi propia vida conmigo y con la sociedad, dar un paso más allá y continuar con la segunda reflexión antes de hacer algo. Si sólo actuáramos fundados en la primera pregunta, nos estaríamos limitando a actuar por lo que la sociedad dicta, sin considerar mi opinión respecto a lo que todos consideran válido y a veces puede no serlo, o también de modo automático si nos quedamos con que yo hago las cosas porque se me da la gana. Por otro lado, en cuanto a la conclusión de Savater de que no sabemos cuando un humano es bueno y cuando no, debido a que no sabemos para qué servimos. Concuerdo con él, pero la verdad es que no tiene una respuesta única para todos, sino que cada uno tiene la tarea de hallar para qué servimos, en la búsqueda de la vocación, en mi caso ser fonoaudióloga, y tan sólo en mi esfuerzo y constancia lograré ser una “buena” profesional.


Capítulo IV: Date la buena vida
“Por eso un filósofo francés de nuestro siglo, Jean-Paul Sartre, dijo que: estamos condenados a la libertad”. Esa frase seleccionada por Savater y ahora elegida por mí, me parece que resume en parte a todo este capítulo y que engloba a la vez la paradoja de la libertad: somos esclavos de la libertad. Es totalmente cierto, haga lo que haga aunque yo quisiera convertirme en una súbdita de algún magnate o discípula de algún líder de una secta, ya estaría haciendo uso de mi libertad, sólo por el hecho de decidir que quiero que otros decidan por mí y me den órdenes. Y si seguimos la premisa: “haz lo que quieras” que propone el mismo autor, sucede exactamente lo mismo, si obedezco estaría haciendo uso de mi libertad al optar por hacer lo que me piden y si no hago caso estaría de todos modos actuando con libertad. La gracia de todo esto es hacer uso de mi libertad para vivir bien, ir en la búsqueda del darme la buena vida, que de eso se trata la ética. Y esto implica que, para que sea buena debo vivirla con la sociedad, tan sólo ellos pueden humanizarme pero para eso yo primero debo hacerlos humanos. Este término de “humanización” me llegó en el sentido de que este es un principio fundamental que yo, como futura fonoaudióloga debería tener en cuenta para el trato con el paciente, si no lo trato como un humano como tal sino que como a un objeto o como medio para recibir una paga, ¿en dónde estaría mi buena vida humana? ¿Cómo espero descaradamente que me traten como humano?


Capítulo V: ¡Despierta, Baby!
Somos por naturaleza seres sociales que necesitamos de los otros para poder vivir, nos buscamos por un sentimiento de necesidad recíproca a relacionarnos con los unos con otros, si no nos necesitásemos mutuamente no nos buscaríamos, por ejemplo nunca se hubiesen creados sistemas o herramientas para poder comunicarnos, partiendo por el lenguaje, de frentón, no existiría como tal. Solo en nuestra relación con otros humanos hemos logrado el desarrollo o el progreso, pero antes de esto, nos hicimos humanos a partir de nuestro trato como seres humanos como tales. Es tan impresionante el modo en que el trato que le damos al otro influye tanto en cómo éste me trata a mí, por lo que puedo decir sin tapujos, que la mayoría de las veces, uno recibe el trato que merece y esto en son a lo que nosotros hemos sembrado. Es por ello, que dentro de todo, para uno poder darse la buena vida y humanamente, debe poner especial énfasis en este detalle, primordial es no pecar en tratar al otro como si fuera un objeto sino que como un ser humano valioso y que tiene algo que entregar así como nosotros a ellos y que sólo los humanos podemos brindar: afecto sincero que ni todo el oro del mundo puede comprarlo o darlo. Yo puedo decir, me siento afortunada en este sentido, de poseer una amistad sincera y recíproca con una amiga del colegio, que conocí en la media y que luego en 4º medio se cambió escuela pero a pesar de esta separación la amistad perduró  y de hecho es mi mejor amiga en la actualidad.   


Capítulo VI: Aparece Pepito Grillo
De este capítulo no puedo pasar por alto la clasificación de imbéciles morales, de la que habla Savater, y no puedo sino más que identificarme con uno de ellos: “el imbécil que sabe que quiere y lo que quiere, y más o menos por qué lo quiere pero lo quiere flojito”. Me siento aludida en algunos aspectos, porque así es como actúo frente a varias cosas importantes, por ejemplo en mi empeño de ser mejor alumna y no farrearme las oportunidades de tener un buen desempeño en la universidad (a futuro) porque deseo convertirme en una profesional competente con una buena preparación en todos los ámbitos (no sólo en mis anhelos, sueños y buenas intenciones sino que también en conocimientos). Pero, ¿en dónde incurro en este tipo de imbecilidad?, en que tiendo a dejar lo que puedo hacer hoy, para mañana y luego caigo, en el característico dicho chileno: “hacemos todo a última hora, como buen chileno”. Algo totalmente opuesto al ser imbécil, como bien lo menciona el autor, es la conciencia. Y dentro del mismo ejemplo que mencioné acerca de mi experiencia propia, es que tengo plena conciencia de mi error y sé lo que me conviene para llevar un buen vivir y estoy luchando para conseguirlo, por lo que eso me convertiría en una egoísta consecuente y además responsable de mis acciones. No haber hecho lo que realmente quería en el momento, me hizo sentir remordimientos y esto no me sucedería si no fuese libre, como soy consciente de mi real libertad, me convierto en responsable.


Capítulo VII: Ponte en su lugar
¿Que podría ser más importante en el vivir humanamente en la sociedad que tratar al otro como un ser humano y ponerme sin dudarlo, en el lugar del otro? Sinceramente, no puedo imaginar otra cosa que esto como el pilar fundamental que debo poseer y aplicar para relacionarme con los demás y humanamente: que vendría siendo en una sola palabra: empatía. Concuerdo con Sabater cuando con las siguientes palabras: “la mayor ventaja que obtener de nuestros semejantes no es la posesión de más cosas (o el dominio sobre más personas tratadas como cosas, como instrumentos) sino la complicidad y afecto de más seres libres. Es decir, la ampliación y refuerzo de mi humanidad”, logra decir qué es lo único que podemos obtener de nuestra relación con otro ser semejante a nosotros.  Tanto en mi profesión como en el resto de las áreas de mi vida, con las diferentes personas con quienes me relacione, debo ser capaz de reconocerme en el otro, verlo y tratarlo seriamente como alguien tan real y tan humano como yo, con los mismos derechos y con la misma necesidad de requerirnos mutuamente, para poder vivir la buena vida humana. Sobre todo como profesional, debo procurar comprender a mi paciente, ponerme en sus pies por un momento y ver cuál es su punto de vista respecto de las cosas y a partir de ello comenzar a analizar que es lo que quiere de la vida, qué es lo que lo motiva a seguir o no adelante y utilizar esto (además de mis conocimientos) para tratarlo y ver que estrategia finalmente, me permitirá sacarlo adelante.


Capítulo VIII: Tanto gusto

Cuando en el capítulo se habló de los “puritanos”, quienes creen que cuando se vive bien, se debe pasarla mal y que cuando uno lo está pasando mal está viviendo bien, recordé el caso de una amiga cuya orientación sexual es diferente a la “común”, y poniéndome en el caso de que ella no estuviera siendo fiel a su sentir y para que cumpliera con estos cánones que dictan los puritanos, tendría que haber ocultado su verdadera identidad y fingir ser quien no era, y pasándola obviamente mal porque no estaría siendo feliz. En su caso afortunadamente no es así y ella es quien siente que es y no tiene miedo de decirlo. El punto es que yo me vi en conflicto con mi familia, puesto a que su carácter es conservador y religioso (católica), ya que ellos creían que las parejas sólo podían estar formadas por hombres y mujeres, porque “así lo dice Dios” según la Biblia y por otro lado, porque así lo indica la anatomía humana, hombres y mujeres están hechos para que estén juntos y así, en un sentido más biológico, puedan procrear y perpetuar la especie. Es por esta firme postura que sostenían mis padres es que no sabía si contar o no la situación de mi amiga (acostumbro a hablar de todo con ellos) cuando ellos me preguntaban sobre ella, por temor a su reacción y a que pudieran encontrar poco menos que “inmoral” (haciendo mal uso del concepto, puesto a que en la opción de vida que ella tomó no está haciéndole daño a nadie) a mi amiga por tener dicha opción sexual y que quisieran por ello que yo terminara con esa amistad.


Capítulo IX: Elecciones generales

“¡La política es una vergüenza, una inmoralidad, los políticos no tienen ética”, esta frase refleja y describe bastante bien el escenario que existe en la sociedad  en la mayor parte del mundo. Si bien, yo aún no he ejercido mi derecho a voto y recién este año estoy inscrita en los registros electorales y no porque yo haya decidido inscribirme, sino que por que gracias a la ley de inscripción de voto automático que se promulgó no hace mucho, soy parte de los futuros electores del país. Y me estoy dando cuenta del error que he cometido de muchas veces, ser parte de la población que critica o señala con el dedo aquello que no me parece que se está haciendo bien en este Gobierno. Pero resulta que yo no soy quien para venir a lanzar dardos al blanco, puesto a que no estaría actuando éticamente y sino me agrada lo que veo, en vez de criticar debería hacer escuchar mi voz mediante el voto. Y para hacer que de este país uno con el que me sienta más de acuerdo, es aportar desde mi carrera, desde aquello que puedo aportarle a la sociedad con lo que estoy haciendo uso de mi libertad, tratando a mis semejantes, específicamente a mis pacientes, como seres humanos, respetando su dignidad y haciendo de sus intereses como si fueran los míos, es decir, aplicando justicia para generar un ambiente en el cual se pueda vivir con armonía.









CONCLUSIÓN


A modo de conclusión del texto filosófico de Savater: Ética para Amador, existen principios fundamentales que como seres humanos debemos tener en consideración real para poder vivir en sociedad. No cabe duda acerca de nuestra condición innata de ser libres y que a la vez esta libertad se contradice puesto a que siempre somos esclavos de ella aunque no lo queramos. Y no consiste en dejarse llevar, sino que en pensar más de una vez acerca de lo que realmente queremos hacer y de buscar aquello que nos conviene siempre y cuando esto no implique daño para los otros y atienda a nuestro fin de llevar una vida con alegría, siempre privilegiando el vivir y no la muerte, de eso se trata la ética, de buscar la manera de llevar un buena vida intentando buscar la mejor manera de vivirla con los otros. No podemos ir por la vida tratando a las personas como objetos que se tranzan sino que debemos tratarlos como seres humanos con sentimientos y que son semejantes a mí por lo que me convienen de buena manera, no porque a través de ellos poder sacar beneficios materiales sino que tan sólo ellos son capaces de otorgarnos algo que es único de nuestra especie podemos entregar a su semejante que es el afecto sincero y esto lo podemos recibir siempre y cuando yo lleve una buena vida humana, es decir, dando afecto, dando un buen trato, respetando su dignidad y reflejándonos en ellos tomando sus intereses como lo míos, sólo así podremos también ser humanizados y así vivir en una sociedad más armónica.



























Ensayo de libro "Ética Para Amador" (Francisca Soto)


Introducción

Tanto para la ética como para nosotros este libro debe ser considerado uno de los que más claramente intenta exponer y ayudar a entender en sí el concepto, pues no es cosa solamente de ser explicado, más se trata de entenderlo poniéndose en distintas situaciones, cuestionándose el qué haría yo, y cómo quiero vivir mejor.
Es por esto que la impresión que otorga a primera vista este libro es que ayudará a resolver esos cuestionamientos, llevándonos a reflexiones no pensadas anteriormente y menos aún, que se pensó que pudiesen ser posibles.
Además que a veces se hace necesaria una ayuda para poder comenzar por reflexionar sobre mí mismo, siendo nosotros los únicos que podemos guiarnos como se debe en la vida, sobre todo cuando se trata de libertad, que es algo que nos pertenece a cada cual, pero que si no accionamos con responsabilidad podemos afectar a los demás.
Según Erich Fromm, al decirse que la vida no puede ser vivida imitando los patrones de la especie, si no que somos nosotros mismos, y cada uno, quienes debemos vivir, se refiere precisamente a lo tratado anteriormente, pues nosotros somos los que debemos sentirnos acorde con nuestros actos para poder estar bien, o sea, vivir bien.
Se espera que este libro nos resulte bastante útil y simple a la vez, para que así podamos después seguir aplicando la ética y todo lo que influye a ella, en nuestra vida, o sea, en el día a día.



I.- De qué va la ética
Síntesis: Hay muchos tipos de vivir la vida, dentro de los cuales están los que nos convienen para vivir y otros que no, o sea, que nos dejan o no vivir. Hay veces en las que no se sabe diferenciar entre lo “bueno” y lo “malo”, pero es lo que todos intentamos aprender a hacer. Pues existen actos bastante cuestionables y no precisamente claros, pues dependiendo del contexto o el porqué de la acción es el modo en que se juzga. Nuestra vida se va formando, en cierta parte, por nuestro actuar y lo que queremos cada uno. Por esto la libertad es lo fundamental en éste aspecto, pues nosotros, a diferencia de los animales o plantas,  decidimos el cómo comportarnos, pues no estamos obligados a hacer cosas que no queramos, y a su vez no estamos obligados a sólo querer una cosa. Pero se debe aclarar que lo que nos pasa no lo podemos elegir nosotros, pero el que hacer cuando nos pasa si esta dentro de nuestra libertad, ya que hay cosas que no dependen de mi voluntad y a su vez la limitan. El saber vivir, el arte de vivir es llamado ética, y nuestra fuerza en este mundo es la libertad.
Análisis: Luego de reflexionar con este capítulo, intenté comprender lo importante y a la vez compleja que es la apreciación de lo bueno y lo malo en la vida, ya que en realidad se hace bastante confuso el pensar que para algunas personas les resulte tan natural y fácil mentir, por ejemplo, para protegerse a sí mismos, a alguien más, o simplemente por costumbre o comodidad, además de lo subjetiva que se vuelve esto, pues tal vez uno puede interpretarlo dependiendo de la conveniencia común que traerá este acto “bueno”, que al fin y al cabo pudiese terminar en todo lo contrario. Todo lo anterior va directamente relacionado con la libertad, la cual podemos usar como queramos, pero debiendo tener en cuenta que hay sucesos que pueden alterarla, por ejemplo (siguiendo con el ejemplo anterior) el no saber el resultado que se obtendrá de esta decisión, pues no somos dioses sabelotodo; incluso hay veces en que dan ganas de no ser libre para poder no tener que elegir, justificar mis acciones dejándole la responsabilidad a otros. Además es necesario considerar que al ser únicos e irrepetibles como seres humanos,  debemos ser nosotros mismos quienes descubramos el vivir, o más bien, aprender a vivir.

II.- Órdenes, costumbres y caprichos
Síntesis: Normalmente la gente se pasa la vida cuestionándose lo que nos conviene o no hacer, pero aún así terminamos haciendo, ya sea por una rutina cotidiana, por una mandato recibido, o simplemente por un queremos hacerlo. Todo esto argumentado por un “motivo”, con el se justifica nuestra conducta o comportamiento determinado. Los principales motivos son tres: la costumbre, que se refiere a un gesto que se repite espontáneamente, ya casi sin pensar; la orden, es cuando alguien te manda a hacer algo; y los caprichos, son los que se hacen sin motivo aparente, tan sólo porque sí. Cada uno de estos tres tienen un distinto peso en nosotros y nos condicionan a su modo.  Algo que llama la atención es la similitud en la apreciación de las órdenes con las costumbres, pues pareciera ser que se impusieran desde el exterior; a diferencia de ellos, al pensar en caprichos, es como si vinieran desde dentro de nosotros, sintiéndose espontáneos. Aunque normalmente se actué en base a estos tres motivos, en momentos difíciles solo se desea actuar lo más asertivo posible, pero siendo racionales, o sea, dejando de lado todos los caprichos.
Análisis: Al igual que con nuestra libertad, la motivación por la cual hacemos las cosas no van a depender al cien por ciento de mi, pues al actuar con una costumbre es algo que imitamos de alguien más y que además lo volvimos cotidiano para nosotros, como cuando nos dicen que nos lavemos los dientes cuando pequeños, pero al ir creciendo lo seguimos haciendo, puesto que ya paso a ser parte de nuestras costumbres diarias; en las órdenes nuestro actuar depende de lo mandado por alguien más, pero eso no quiere decir que no tengamos la opción de optar por  no cumplirla, pues si nos ordenan que nos tiremos del décimo piso deberíamos por lo menos cuestionarnos la orden y ser libres de optar el querer o no hacerlo; pero en contraste con las anteriores, los capichos son considerados como una opción personal de hacer lo que se nos de la gana en el momento en que queramos, y bueno, si uno lo mira así pudiese sonar como la libertad, pero no, porque la libertad es mucho más que eso, es el decidir si quiero o no realizar algo, el decir sí o no, y he ahí la diferencia entre ambos, pues en el capricho se actúa como inconscientemente, sin pensar en lo que pasará con eso, sólo haciéndolo.

III.- Haz lo que quieras
Síntesis: No debemos preguntarle a nadie que hacer con nuestra vida, si no tan sólo preguntárselo a sí mismo. Pues al uno mismo decidir, pero a su vez darse cuenta de lo que se está decidiendo uno hace uso de su libertad, y para no arrepentirse luego de la decisión a tomar hay que pensar dos veces o más lo que se va a hacer. Pues a medida que crecemos debemos ir eligiendo por nosotros mismos y siendo capaces de inventar nuestra propia vida y no solo ir viviendo la que otros han ido inventando para uno, ya que hay veces en que hay motivos (costumbres, órdenes y/o caprichos) adecuados para obrar, pero otros en los que necesariamente no será así, y deberemos actuar por cada cual. La palabra moral y ética etimológicamente son distintas, pues a la moral se le considera relacionado con las costumbres y con el conjunto de comportamientos y normas, en cambio la ética es el cuestionamiento del porqué consideramos válidas las consignas anteriores, pero en este libro serán tratadas ambas como “arte de vivir”. En esto no hay nada preciso, menos un reglamento que nos explique el cómo se llega a ser un buen hombre.
Análisis: Al no tener ninguna pauta sobre el cómo vivir, comportarse, ni ocupar nuestra libertad, se hace necesario buscar y elegir la respuesta a ese cómo por sí mismo, siendo capaz de innovar y no quedarse con todas las costumbres adquiridas en la infancia, intentando también dejar de acatar muchas de las cosas que se nos quieran imponer, y razonando por nosotros mismos, ya que creo que es una de las mejores formas de aprender, aunque se cometan errores, pues con los mismos se va construyendo nuestra vida. Referido a los términos “bueno” y “malo”, se consideran vistos bastante subjetivamente, pues pueden ser aplicados en lo moral y en personas, pero en ámbitos bastante extensos, pues se le puede clasificar de bueno o malo en su profesión u oficio, en sí como persona, etc. Además de que el significado de cada palabra también es amplio, ya que a alguien muy inocente se le puede considerar bueno, pero también a alguien ágil o audaz. Todo depende de cómo se quieran aplicar estas palabras y el sentido que se les quiera dar. Luego de darme cuenta de que en realidad no hay el cómo saber si uno actúa bien o mal, y menos aún se sabe si va a funcionar como tal, no queda más que hacer lo que quiera, sin preguntarle a los demás, sólo preguntándomelo a mí.

 IV.- Date la buena vida
Síntesis: La vida no se trata de pasar el tiempo, si no de vivirlo bien. Pero esto sin confundirlo con los caprichos, que es a lo que se pudiese imaginar al escuchar un “haz lo que quieras”, pues no se trata de hacer lo primero que se te venga a la cabeza. Lo importante es ser capaz de ordenar las prioridades, imponiendo una jerarquía entre lo que quiero en este momento y lo que quiero a la larga. Pues con decir, haz lo que quieras, lo que se quiere recomendar de fondo es atreverse a darse la buena vida, siendo la ética una forma de averiguar el cómo vivir mejor, lo cual se refiere a una buena vida pero entre seres humanos, pues ser humano consiste en tener relaciones con los otros seres humanos. De llevar la contraria a esto, seguirá siendo una vida, pero no será ni buena ni humana. Pues la humanidad en general depende de los que le hacemos el uno al otro. Además de la realidad natural en que vivimos se nos relaciona a la vez una realidad cultural, siendo la base de esta el lenguaje, por eso al hablarle a alguien y escucharle se le está dando un trato como a una persona.
Análisis: Concuerdo con lo expuesto por el autor en general, pero sobre todo me parece esencial la parte en que menciona lo importante que es el lenguaje en la realidad cultural del ser humano, pues como es una de nuestras áreas como carrera, quiere decir que estamos bien enfocados y es adecuado el énfasis que se le da a esta herramienta en nuestra vida. Además, todo lo que puede influir en nosotros el trato que le damos a los demás, pues es parte de darse una buena vida, y vamos cosechando lo que sembramos. El considerar la ética como un intento racional es lo que tratábamos anteriormente, de que cuando se está en un escenario al límite es cuando uno deja de lado cualquier tipo de costumbre, ignora órdenes, no escucha sus caprichos, y solamente intenta actuar lo más racional posible, pues en el caso del capitán del barco había un conflicto de no saber qué hacer, si seguir alguna de sus motivaciones o pensar en el bien común racionalmente. Es por esto que es fundamental tener claras nuestras prioridades para situaciones como estas.

V.- ¡Despierta, baby!
Síntesis: Lo que tenemos claro es que queremos una buena vida, pero no sabemos claramente en qué consiste esa buena vida. Además sabemos que la vida es siempre complejidad y casi siempre complicaciones, en cambio la muerte es una gran simplificación, pues poco importa cuando se aproxima ese momento. Por medio del ejemplo e Kane vemos que la verdad es que las cosas que tenemos nos tienen ellas también a nosotros, es decir, lo que poseemos nos posee, por eso más vale tener cuidado y no pasarse, pues no es algo tan sólo algo físico si no que también es del alma. Una de las complejidades de la vida está relacionada con lo anterior, porque las personas no son cosas, aunque hay veces en que sean tratadas así. Como no somos cosas, necesitamos “cosas” que las cosas no nos pueden entregar, como lo es la amistad, cariño, aprecio; pues sólo los humanos nos humanizamos unos a otros, siendo importante lo del trato.
Análisis: Pues sí, el trato de humano a humano es algo insustituible, ya que sólo con ello podemos lograr encontrarnos a nosotros mismos y a nuestros pares, siendo suficiente incluso con una palabra cariñosa, un abrazo fraterno, u otro gesto distinto del trato dado a una cosa. Aunque uno pudiese pensar que con objetos sería todo menos complejo en la vida, la verdad es que sí, tal vez fuese así, pero qué sentido tendría estar rodeados de objetos sin valor ni nada, si lo importante y significativo es la humanización brindada por mi entorno de seres humanos y en la que yo aporto también por medio de mi lenguaje y actos, lo cual se refiere a considerar y tomar en cuenta lo que sienten las personas o lo que necesitan, y no sólo tener en cuenta lo podremos lograr sacar de ellas). El hecho de que las cosas que tenemos nos posean, tal como relata Séneca, en Cartas a Lucilio, pues es lo material lo que nos tiene a nosotros a su merced, y esto no ocurre viceversa, y bien, tal como de una cosa solo se pueden obtener cosas, pues es para lo que sirven y nada más.

VI.- Aparece pepito grillo
Síntesis: Nuestra obligación es esta vida es no ser imbéciles, desde el punto de vista moral. Los imbéciles necesitan un “bastón”, es decir, apoyarse en cosas externas, por lo que no tienen nada que ver con la reflexión propia ni la libertad. Lo contrario a ser imbécil es tener conciencia, que es algo que no es innato a nosotros, y para lo cual se deben tener algunas cualidades, también dependiendo del trato dado, pues si no te tratan como humano es casi normal comportarse como bestia. La persona que quiera lo mejor para sí mismo debe ser egoísta pero sin ser imbécil, o sea sería un egoísta consecuente porque sabe de verdad lo que le conviene para vivir bien y se esfuerza por conseguirlo. Aunque las palabras culpa o responsable nos resuenen, pues se dice están relacionadas con la conciencia, el llamado pepito grillo. Es que al ya actuar mal y además darnos cuenta de cómo hemos actuado ya es una forma de castigo, pues nos damos cuenta que nos hemos estropeado a nosotros mismos y voluntariamente, son también llamados remordimientos, los cuales provienen de la libertad, ya que si no fuésemos libre no podríamos sentirnos culpables, por lo que hay que ser responsables.
Análisis: El intentar no ser imbéciles nos hace pensar en que debemos tomar en serio la libertad y la responsabilidad de elegir, intentado que sea correctamente, ya que como vimos anteriormente, tomar ciertas decisiones traerá un efecto que no podrá ser borrado a conveniencia una vez producido, por lo mismo era el consejo de pensar las cosas dos veces y más antes de actuar y concretarlas. Además esto de la libertad no es ningún capricho, pues a medida que uno va optando por algo, se van reduciendo las opciones. Por esto es que cuando obramos mal nos viene de inmediato el remordimiento, pues no nos sentimos bien con nosotros mismos por haber empleado mal nuestra libertad. Es así como debemos estar siempre preparados, porque a todos los hombres les toca vivir algunos malos ratos en la vida, todo para no convertirnos marionetas de nuestros propios caprichos, para lo cual debemos estar dispuestos a lo que venga con mucho coraje, ánimo y fuerza, pues nuestra fuerza es nuestra libertad.

VII.- Ponte en su lugar
Síntesis: Lo que hace humana a la vida es que se lleve a cabo en compañía de humanos, pues lo que la ética estudia es cómo vivir bien al vida humana, o sea, lo que transcurre entre humanos. Por eso cuando una persona se encuentra aislada y luego se vuelve a topar con indicios de vida humana se siente amenazado, pues no hay peor enemigo que un enemigo inteligente. Además que por malos que sean, su humanidad influye en mi como yo en ellos, pudiendo sin ellos vivir, pero no humanamente. Todo lo anterior hay que tenerlo en cuenta pero sin dejar de considerar que cualquiera de estos hombres, aunque robe, mate u otro, va a seguir siendo un humano; y también debemos saber que una de las principales características del ser humano es la imitación, por lo que en toda la civilización, cultura, etc., hay un poco de invención pero a su vez mucha imaginación. Al ser humanos nada del ser humano debiese parecerme ajeno, por el contrario, debiese lograr sentir interés y simpatía por los demás.
Análisis: Lo de la simpatía e interés por nuestro entorno de seres humanos me parece bastante acertado, ya que cuando uno intenta perjudicar a alguien siempre termino perjudicándome a mí mismo, tal como dice Erich Fromm en Ética y psicoanálisis, que no hagas lo que no te gusta que te hagan es igualmente justificado que la primera frase. Además cuando uno se interesa por lo que siente o quiere el otro e intenta simpatizar con él las cosas se darán mucho mejor, logrando la humanización de que ya hemos hablado. Esto de ponerse en el lugar del otro siendo empáticos, se inicia por el concepto de justicia, pero todo en el sentido moral, porque es la forma de ver que es lo que los demás pueden esperar de mi, intentando ser certera, siempre y cuando lo quiera y opte libremente por algo así. Lo que la justicia institucional respecta, se debería ser justos, y dejar que toda persona reciba un juicio con igualdad de derechos, por malo que haya sido lo cometido, puesto que aunque no es la justicia que precisamente estamos tratando, por algo se empieza. La especialidad de la ética es cómo vivir la vida que transcurre entre humanos,  y más aún que responder esa interrogante, según mi perspectiva, va más por hacer comparaciones entre estos distintos tratos y no tratos que se dan entre seres humanos, que aunque algunas veces pueden resultar incomprensibles, es lo que hay.

VIII.- Tanto gusto
Síntesis: Cuando la gente habla sobre moralidad y más aún cuando se trata de inmoralidad, se suele hacer una referencia al sexo. Somos un cuerpo, y sin cuya satisfacción y bienestar no hay vida buena que valga la pena. El sexo se considera un mecanismo de reproducción para los seres vivos, pero para el hombre en especial produce otros muchos efectos. Normalmente esa obsesión sobre la inmoralidad del sexo se refiere al miedo al placer, que se evita porque se supone que gusta demasiado. Un problema que puede ser causa es que el placer nos puede llevar a distraer demasiado, por esto los placeres se consideran un tabú. La  actitud más apuesta que se puede dar de la ética son los puritanos. Lo placentero, es considerado lo que tú sepas disfrutar con lo que te rodea, sin estar cuestionando tanto las cosas ni esperando que llegue más.
Análisis: Algo que comparto es la parte en que cuestiona el buen uso del placer, ya que es radical la diferencia entre el uso y el abuso, pues al usarse un placer la vida se enriquece y todo nos parece bien, incluso la vida misma se siente más agradable, y bueno, es todo lo contrario en el abuso, se puede llegar a conductas preocupantes y egoístas negativas, como adicciones u otros. Otra cosa a la que me considero a favor es que la ética este a favor de la vida y que esta vale la pena, pero eso es la diversidad y lo gratificante de la vida, el hecho de que sea variada y no solo de un tipo, no monótona. Se supone que los placeres son para aprovechar más la vida, para que me den ganas de hacerla más grata aún, no para que me permita huir de la vida (como decía sobre los placeres negativos). La respuesta más sencilla y que no me esperaba era a la pregunta cuál es la recompensa más alta, y bueno, resulto ser que lo máximo que se puede obtener es alegría, que mejor que seguir adelante con la vida y con más fuerzas y ganas que antes.

IX.- Elecciones generales
Síntesis: La ética nos sirve para mejorarnos a nosotros mismos personalmente, y no como un arma ni munición, destinadas al prójimo en su propia estima, por lo que debemos ocuparnos de cada uno y dejar a los demás en lo mismo. La mala fama de los políticos, está dada porque ellos ocupan un lugar especialmente visible en la sociedad y también privilegiado, y si confiásemos menos en ellos desde el principio no tendríamos que aprende a desconfiar de ellos ahora. Pero aún así existen diferencias y similitudes entre la política y la ética, pero el detalle importante aquí es que la ética no puede esperar a la política. En todos los tiempos ha existido gente así, siendo lo ideal que si no pueden colaborar con algo tampoco arruinen lo que ya hay. Pues nuestro mayor bien es ser libres, pero considerando la responsabilidad social de las acciones y omisiones de cada uno.
Análisis: Es muy cierto que todo ser humano se debe considerar único e irremplazable (en el sentido de su personalidad propia), ya que al ser digno no se le debieses sustituir ni mucho menos reemplazar con tal de beneficiar a los demás. Esto, la dignidad humana, es lo que nos hace semejantes entre humanos, ya que se tienen los mismo derechos sociales que otros, por ejemplo cuando se mira en menos a una persona que tiene menos educación, con ese acto se está siendo injustos, y además estamos pasando a llevar su dignidad, puesto que además de no saber el porqué no le fue posible seguir estudiando, lo estamos “valorando” erróneamente como persona por lo que logró alcanzar, y no por lo que en verdad es en su interior, pues ni siquiera quiere decir que por eso será una mala persona, o un irresponsable, no se puede juzgar por lo aparentemente visto, hay que conocer primero. Dentro de la vida, como ya nos habremos dado cuenta, nada es perfecto, teniendo además de momentos buenos algunos malos, habiendo que sobreponerse al sufrimiento y aprender de él. Es difícil tener para esos momentos una asistencia certera, pues los problemas de cada persona son distintos de la otra, y una solución común a muy pocos ayudará, lo cual termina convirtiendo en compasión más que en ayuda, ya que al darse cuenta (el político en el caso del texto) de que estamos susceptibles, lo que hace es el intento de ayudar, conviniéndole que yo esté bajo su disposición para poder manipularme a su antojo; un ejemplo que nos puede aclarar mejor esto es el ayudar con dinero al pobre, en vez de enseñarle a cómo ganarse ese dinero.


Conclusión

Al ya haber leído y podido disfrutar de lo brindado por este libro, se puede considerar que si era como se veía en un  principio e incluso mejor aún, pues con simples ejemplos nos lleva a reflexionar sobre cosas tan complejas como es el uso de nuestra libertad con responsabilidad, de lo que debiese ser la ética para nosotros y el cómo se supone que debamos actuar ante diversas situaciones que uno no considera de tanta importancia y trascendencia como son en la realidad.
Siendo cumplida cabalidad la primera impresión causada, pues además de hacernos pensar en el porqué de las cosas, nos hace también ver el porqué no, pues si una puede disfrutar de la vida, dándose una buena vida, pero a la vez a los que nos rodean, intentando comportarnos adecuadamente para no afectar nuestro entorno, o sea, evitando ser imbéciles, pero siendo egoístas en el “buen sentido de la palabra”, pues se debe además de pensar en el entorno, pensar en mí mismo y en el que quiero para mi vida, cómo lo quiero, cuándo lo quiero, y poner todo de mi parte para que utilizando mi libertad responsablemente pueda llegar a cumplir mis propósitos, aunque teniendo en consideración también que hay muchas cosas que son ajenas a nuestro querer y pueden influirnos, por lo que se debe estar preparados para saber cómo responderé a estas situaciones externas.
En fin, lo provechoso que resulta ser el libro es asombroso, pues logra explicarnos con términos bastante entendibles lo que se trata de ética y moral, además de todo lo que esto conlleva.